El mar sin tiempo y sin espacio nos acaricia con sus olas comprensivas.Su soledad es tan inmensa que se confunde con sus aguas infinitas. Nadie lo habita, ni lo surca; nadie lo llama, ni lo escucha, ni lo mira. Vive desnudo como el alma, con su profunda inmensidad por compañía. No hay bienvenidas en sus puertos; ni en sus obscuros malecones despedidas.Tanto las playas que desea como las playas que abandona están vacías.Mudas están sus caracolas, y ya no alumbran sus estrellas submarinas.De los veleros que lo amaron apenas hay reminiscencias imprecisas.La tierra ignora nuestras dudas y el firmamento nuestras largas agonías.Sólo este mar que nos comprende puede medir la soledad de nuestras vidas.
FRANCISCO LUIS BERNÁRDEZ
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Arte
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